No hay nada más doloroso que acostumbrarse al dolor.
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...sobre mí:
- An·
- "Y justo cuando mi alma se aferra con todas sus fuerzas, calmando mi sed… me abandona, me deja vagando en soledad por calles mojadas, creyéndome una burbuja, frágil, que intenta mantenerse pura entre millones de gotas hostiles que se estrellan contra el piso; y, flotando, con temor al viento contradictorio proveniente del silencio escondido entre las diferencias, quiero gritar mi paz y que salgan las nubes, seguras, a cubrir los cuerpos de verdad. (...)"
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